Gracias a la grafía particularmente dinámica de la escritura de sus frases plásticas, los paisajes pintados por David López Panea – expuestos en la Fundación Pons a partir del 18 de noviembre hasta el 17 de diciembre – son una buena muestra de la nueva mirada que algunos artistas dedican a este género dentro de una sociedad cada vez más sensibilizada por la preservación de los entornos naturales y la biosfera. Destaca la estructura de su composición por la manera de organizarse mediante un ritmo de trazos muy incisivos, un nerviosismo palpable en toda la obra que parece responder a una clara intención de huir de la quietud armónica particular a la tradición academicista. El cambio de sentido logrado con la creación de esa brecha estructural en sus composiciones es lo que a David López Panea le permite distanciarse artísticamente de los modelos que le ofrece la naturaleza. Solo alejándose de la realidad es como la imaginación puede robarle a esta su secreto de grandeza, de descomunal, de lo no humano, dando paso a una afirmación de poder, de poder impactante sin lo cual difícilmente el arte consigue trascenderla.

Michel Hubert Lépicouché